La huida
El impulso araña.
El impulso late
dentro de ti,
a cobijo.
La bestia vive allí
aunque tú la niegas,
y ruge y descuartiza
cuando nadie la ve.
Y algunas veces
cuando todos miran.
El impulso respira.
A ratos aguanta la respiración.
Crees que lo has despistado
al fin,
y coges carrerilla.
Sales huyendo.
La bestia truena su llanto.
Sólo cuando te rindas
haréis las paces.
Nunca.
Quieres irte.
Mientras,
el impulso devora
con tu propia boca,
rompe
con tus propias manos.
Intentas escaparte.
No te cansas
de contar todas las veces
que coges carrerilla,
y te sales huyendo
sin dejar de perseguirte.
(Foto de JJ Ying)
El impulso araña. El impulso late dentro de ti, a cobijo. La bestia vive allí aunque tú la niegas, y ruge y descuartiza cuando nadie la ve. Y algunas veces cuando todos miran. El impulso respira. […]