Te enseño sólo mis piernas escalera
para que pienses que es fácil llegarme,
y mis lunares,
para que te parezca sencillo el camino.
Pero escondo
bidones de gasolina en los armarios,
gusanos retorciéndose en mis tripas,
improperios debajo de mi falda,
maldiciones detrás de mi sonrisa.
de destrozarlo todo,
(a veces, hasta lo que más me importa)
y de sentarme a mirar cómo me quitan
lo poco que aún me queda, sin correr.
de mi gustosa -por descarte- soledad,
ni aviso de lo difícil
que te resultará hacerme feliz más de unos días;
no presumo de saberte
las horas contadas. Callo
que la luna en mi cuerpo no para de menguar.
y así, a primera vista,
no te parecen tan inalcanzables
mis peldaños.
Te enseño sólo mis piernas escalera para que pienses que es fácil llegarme, y mis lunares, para que te parezca sencillo el camino.Pero escondobidones de gasolina en los armarios, gusanos retorciéndose en mis tripas,improperios debajo de mi falda,maldiciones detrás de mi sonrisa. Practico el hábito insaciable de destrozarlo todo, (a veces, hasta lo que más […]